Cómo ajustar la presión de tus neumáticos paso a paso
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Circular con la presión recomendada por el fabricante es fundamental para aumentar la seguridad, reducir el consumo y, de paso, alargar la vida de tus neumáticos. Por ello es importante ajustar la presión de los neumáticos con el fin de no pasar por una situación desagradable.
Sin embargo, las dudas surgen cuando tienes que revisar la presión de los mismos: ¿Qué presión debo poner en cada ocasión?, ¿cada cuánto debo medir la misma?, ¿dónde y con qué manómetro debo hacerlo? Aclaramos estas y otras cuestiones para que ajustes los neumáticos de tu vehículo con la presión correcta.
La importancia del neumático en seguridad
El neumático es el único punto de contacto con el suelo. Pero, a pesar de que es un elemento clave en una conducción segura, no siempre le damos la importancia que se merece. ¿Sabías que el estado del neumático afecta al comportamiento dinámico del vehículo? ¿Y que también afecta directamente al consumo de combustible?
Medir la presión del neumático es una tarea sencilla que tan sólo lleva 5 minutos y que es conveniente efectuar al menos una vez al mes y siempre que salgamos de viaje. También es muy importante revisar el estado del neumático para detectar grietas o golpes y asegurarnos de que la profundidad de su dibujo cumple con la normativa. En este sentido, cabe recordar que la profundidad mínima legal del dibujo de la banda de rodadura es de 1,6 mm, y que por debajo de esa medida es peligroso circular, ya que aumentas el riesgo de sufrir un accidente.
Estos son los pasos a realizar para medir correctamente la presión.
1.- Detecta cuál es la presión correcta
A la hora de comprobar la presión, puede surgir una pregunta:
¿Cuál es la presión correcta? Dependerá de cada vehículo y del tipo de neumático, ya que cada fabricante de automóviles selecciona, prueba y homologa diferentes neumáticos para cada modelo siguiendo criterios de rendimiento, tamaño, de peso y velocidad, entre otros. Precisamente estos dos últimos son muy importantes para determinar en la selección de neumáticos la presión que se les debe aplicar.
Las indicaciones sobre la presión que se debe aplicar a los neumáticos suelen estar, por lo general, en el interior de la puerta de acceso al tanque de gasolina, en el marco de la puerta del conductor, en el manual del vehículo y ,en algunos vehículos –los menos–, en el compartimento del motor.
2.- Mide la presión
Una vez que conseguimos el dato de la presión que debemos aplicar a las ruedas es el momento de medir la presión de las mismas. Esta es una tarea que debemos realizar con los neumáticos fríos, algo que conseguimos circulando menos de 3 a 5 km durante las dos horas anteriores.
Si hemos circulado más, los neumáticos están calientes, y tendremos que añadir 0,3 bares a la presión indicada por el fabricante. Algo que no debemos hacer es reducir la presión por debajo de la recomendada. Además es conveniente volver a comprobarla una vez se encuentren fríos.
Algunos vehículos necesitan la misma cantidad de presión en todas las ruedas, aunque otros tendrán distintos valores para las ruedas delanteras y traseras. Los neumáticos tienden a desinflarse aproximadamente 0,07 kg/cm2 (1 PSI o 0,068 bares) al mes de forma natural. Por eso es importante revisarla como mínimo una vez al mes, ya que la temperatura del ambiente afecta a los neumáticos.
Hay dos maneras de mirar la presión: mediante los manómetros públicos de las estaciones de servicio o a través de tu propio manómetro. Los manómetros de las gasolineras son menos recomendables, ya que no suelen ser fiables, pudiendo dar medidas con márgenes de error, al no estar muy estar muy cuidados ni contar con una calibración periódica. Es conveniente elegir los que están más nuevos o en mejor estado e invertir cinco minutos en revisar las presiones.
Por otro lado, los manómetros los podemos encontrar en las tiendas de accesorios de coches a un precio que oscila entre los 20 y los 100 euros.
En caso de no disponer de un compresor de aire, aunque sí de un manómetro, la mejor manera de lograr la presión correcta es hinchar las ruedas al final de una jornada, sobrepasando por un cierto margen el nivel indicado por el fabricante. A la mañana siguiente, cuando los neumáticos se encuentren fríos, tan sólo hay que rebajar a la presión correcta empleando el manómetro de mano.
3.- Prepara el inflado
Situamos el automóvil lo suficientemente cerca como para que la manguera de la bomba pueda alcanzar las cuatro ruedas. Después, quitamos los tapones del vástago de la válvula y procuramos dejarlos cerca o dentro del bolsillo ya que tendremos que enroscarlos después.
4.- Llena los neumáticos
Ya sea con el manómetro de la estación de servicio o el particular, tendremos que conectar la boquilla de la bomba. Para ello estiramos la manguera de aire al neumático que necesitemos llevar y presionamos la punta de la boquilla en la punta de la válvula de aire. Una vez conectadas, escuchamos circular el aire mientras la bomba llena el neumático.
En caso de que oigamos un sonido de aire escapando, es probable que la boquilla de la manguera no se encuentre a nivel contra la válvula, así que tratamos de que se encuentre conectada.
Hemos de ser pacientes porque en el caso de que los neumáticos estén bajos de presión quizá necesiten varios minutos de bombeo continuo para llenar el neumático. En caso de que hayamos llenado el neumático en los últimos meses y sólo los estemos ajustando al límite superior, el proceso podría durar de 10 a 20 segundos.
5.- Coloca de nuevo el tapón del vástago de la válvula
Cuando hayamos añadido el aire a cada uno de los neumáticos colocamos de nuevo el tapón del vástago de la válvula. No es fundamental que sellemos la válvula, pero hará menos probable que los neumáticos pierdan aire. Hemos de tener en cuenta que la válvula no deja salir el aire a menos que algo la presione, como un bolígrafo, un dedo o cualquier otro objeto.
6.- Repite el proceso
En caso de que la manguera no llegue, podemos mover el automóvil para acercarlo o dar la vuelta a su alrededor.
Advertencia: ¡Procura poner la presión correcta!
Hemos de tener cuidado e inflar los neumáticos con la presión correcta. Si circulamos con un neumático poco inflado, aunque sea levemente, es más fácil que se caliente y pueda reventar en cualquier momento.
Además, se acelera el desgaste de la banda de rodadura en los costados y aumentará el consumo de gasolina. Sin embargo si los llevamos demasiado hinchados también supone un problema, pues la banda de rodamiento se desgastará más rápido por el centro y será más vulnerable en una mala calzada.