Por qué no deberías comprar una sillita infantil de segunda mano
Muchos usuarios han contado en muchas ocasiones, los sistemas de retención infantil son elementos indispensable y obligatorios por ley para viajar con niños en el coche. Ahora bien, su utilización viene acompañada de ciertos interrogantes lógicos y hasta ciertos mitos. Por eso es importante, para conocer más sobre su elección, instalación y uso, acudir a las fuentes más fiables, como la DGT o la Fundación MAPFRE. Esta última está realizando un verdadero trabajo de información y concienciación poniendo numerosos recursos al alcance de todos.
Uno de lo temas más discutidos por autoridades y padres es la adquisición de sillitas de seguridad infantil de segunda mano. Todos los expertos a los que se puede consultar desaconsejan esta manera de hacerse con un sistema de retención infantil. He aquí los motivos.
¿Qué tiene de malo una sillita infantil de segunda mano?
Antes de hacerse con un sillita infantil, es conveniente conocer una serie de claves. De hecho, la normativa i-Size que regula su uso y funcionamiento ha venido introduciendo diferentes cambios con el paso del tiempo, por ejemplo, en este 2018.
Este es uno de los primeros motivos por los que comprar una silla de segunda mano puede llevarnos a cometer ciertos errores que afecten a la seguridad de los más pequeños. Y es que la sillita de segunda mano ha podido ser fabricada bajo unos estándares diferentes y menos exigentes si los comparamos con los que se exigen en la actualidad. Esto suma cierto riesgo a su utilización.
Del mismo modo, es muy complicado conocer las circunstancias exactas de uso anterior de la sillita. Esto puede afectar a diferentes aspectos de la seguridad que ofrecen. Por ejemplo, qué tipo de cuidados y mantenimiento ha recibido por parte se sus dueños anteriores o si estaba montada de forma correcta.
Si estos no han sido los adecuados, sumado a que haya sufrido algún golpe o accidente, puede que sus materiales o piezas se hayan visto afectadas. De este modo, revistirán un daño que puede que no se detecte a simple vista. La recomendación en estos casos es que, siempre que se sufra un accidente o golpe, se sustituya el sistema de retención infantil.
Las sillitas infantiles también caducan
El paso de los años no les es ajeno a las sillitas infantiles. Al adquirir una sillita de segunda mano puede ser difícil, por no decir imposible, averiguar con certeza su fecha de fabricación. Según la Fundación MAPFRE, la fecha de caducidad de las sillitas infantiles depende de cada modelo y fabricante. Algunas pueden quedar obsoletas a partir de los tres o cuatro años, mientras que otros modelos pueden durar algo más, hasta los seis años.
Por eso, es importante conocer las referencias del fabricante en este aspecto. De hecho, factores tan sutiles como la exposición continuada y cotidiana a la luz solar pueden actuar sobre la seguridad de la sillita, causando grietas en el material y aumentado en consecuencia su fragilidad.
Igualmente, el manual es un elemento que no se suele incluir en las ventas de sillitas de seguridad infantil de segunda mano. No debemos obviar la lectura del mismo para garantizar aspectos como la correcta instalación o el mantenimiento.
Todos estos factores hacen que sea más que desaconsejable su compra de segunda mano, sobre todo si ya han sido utilizados por periodos de tiempo largo o, sencillamente, no conocemos su procedencia.
Precauciones si compramos una sillita infantil de segunda mano
Esa adquisición de segunda mano viene motivada en algunas ocasiones por el precio de los sistemas de retención infantil. Puede tratarse de un gasto considerable para la economía de muchas familias y no existen tantas ayudas a la compra de las mismas como resultaría deseable. En ese sentido, y como comentábamos a propósito del fenómeno social #acontramarcha, Cristina Barroso, fundadora de acontramarcha.com señalaba esto en el diario El País
(…) la vida de sus hijos no tiene precio, un sistema que salva vidas nunca es caro, una inversión a 10 años en seguridad supone un esfuerzo diario inferior a lo que cuesta una barra de pan.
Aún así, si se opta finalmente por la compra de un sistema de retención infantil de segunda mano, la Fundación MAFRE ofrece una serie de recomendaciones y precauciones importantes:
- No debe haber estado expuesto nunca a un accidente.
- Cuenta con las etiquetas de número de serie y fecha de fabricación.
- No ha sido retirado del mercado fruto de algún problema.
- Que cuente con todas las partes, incluidas aquellas que se van adaptando según crece el niño.
- No presenta deterioros ni defectos de ningún tipo (arneses desgastados, hebillas o lengüetas oxidadas, etc.)
- Que venga con el manual de instrucciones.
- Que no supere los seis años de antigüedad desde su fabricación.
Es fundamental que sigamos este tipo de indicaciones al pie de la letra, como ocurre con otras importantes recomendaciones como la colocación a contramarcha o el uso del sistema ISOFIX. La seguridad de los más pequeños depende en buena medida de la decisión que se tome.